Islas en la Red

27.5.05

Aquí al lado...

A poco más de un centenar de kilómetros, los agentes armados y paramilitares asaltan casas, expulsan y golpean a familias enteras, sin consideración por menores o ancianos. Desde ayer hay disturbios en las ciudades saharauis ubicadas dentro del perímetro controlado por Marruecos. Hoy los disturbios han llegado hasta Rabat. Tenía yo la imagen de que Marruecos a lo largo de los ya más de treinta años de ocupación, había conseguido consolidar su presencia en el territorio delimitado por los muros creados para evitar los ataques del Frente Polisario.

Era, es claro, una imagen errónea; el descontento en el Sahara ocupado se ha ido organizando y es capaz de mostrarse con fuerza en las calles de El Aaiun y Dajla. Esta mañana, en un el informativo local de una emisora nacional, pude escuchar a un militante proderechos humanos saharaui, contando, a través de su móvil, las feroces acciones represivas de las autoridades marroquíes. Ponía los pelos de punta.

He estado en Marruecos varias veces, y siempre me he sentido cercano a sus habitantes, las primeras víctimas de un régimen, con el que, tal vez, sea esencial para España y Europa llevarse bien, por diferentes razones, pero no es admisible la permisividad ni el silencio de los gobiernos europeos ante acciones de represión colectiva como las que se están viviendo desde ayer. No pueden ocultarse y no se puede mirar hacia otro lado. Debemos exigir a nuestras autoridades una actitud firme frente al gobierno marroquí para que cese la represión, y ante la ONU para que acabe el penoso espectáculo de la MINURSO y se lleve a cabo el referendum prometido. Por el bien del pueblo saharaui, y del pueblo marroquí, que ya, en algunas partes, muestra su solidaridad frente a un enemigo común que los mantiene en la miseria.

Aquí les dejo con un poema de los jóvenes poetas saharauis Luali y Saleh Abdalae. La poesía, dicen, puede tener virtudes curativas, soy bastante escéptico al respecto, pero ojalá que que esa voz sola y coral, que es siempre la poesía verdadera, sea más fuerte que los mapas dibujados a escuadra y cartabón, más deslumbrante que los focos policiales,y alimente el mismo hambre de paz a dos pueblos hermanos. Escuchen, aún sobre el griterío, y sobre el ruido de la represión...


El verano es una estación de soledades mustias.

la tierra rinde su pleitesía ante el sol

y nuestros cuerpos, corazón de la tierra

se tuercen mientras dura la reverencia.

El viento es una navaja afilada que destroza la tarde.

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