Islas en la Red

26.2.04

El primer contacto

Recuerdo muy claramente mi primer contacto, mi primer conocimiento de la existencia de la poesía canaria, de poetas isleños, que compartían conmigo este diminuto, pero denso espacio que constituyen nuetras islas. Fue una compañera de clase en COU que sabía que yo "escribía" y que me gustaban "esas cosas" (sugerencia para novicios: si estás en esto para ligar, mejor comprate una moto, o dedica más tiempo al gimnasio...). Me pasó unas fotocopias de libros, que despué supe procedían de la colección de poesía del Taller de Ediciones JB. Las siglas JB respondían al nombre de Josefina Betancor, esposa de Manuel Padorno. Aquella iniciativa editorial de finales de los 70 tuvo un gran importancia, porque fue el primer intento serio de acercar los autores canarios a su público, en ediciones de amplia difusión y escaso precio. En esa colección vieron la luz joyas como "Silbato de Tinta amarilla" de Rafael Arozarena, "Cuaderno Guanche" de Lázaro Santana, "Coral Juan García", de Manuel Padorno u "Ojos que no ven" de Pedro García Cabrera, entre otros. Pero entre aquellos poemas fotocopiados, yo me quedé enganchado con los de un joven poeta tinerfeño, muerto un año antes de mi llegada a la isla: Felix Francisco Casanova. Aquellos poemas sencillos y complejos a la vez pertenecían a "Una maleta llena de hojas" también en los cuadernos del Taller de ediciones JB. Cada vez que vuelvo a Felix Francisco, me encuentro con el pibe lleno de granos que era yo entonces. Sin embargo, mi fascinación ante aquellos poemas no decae. Aquí van un par de ellos:

EL autobús de medianoche
pasará por aquí, frente a tu casa.
Sonará tres veces el claxon
y oirás las risas contagiosas
de sus pasajeros.
Tú morderás la cortina de la ventana
y aferrándote a los muebles
romperás a llorar.
Justo la noche en que decidas
marchar
él faltará a la cita.




ERA flexible como un junquillo
y su nombre no hacía despegar los labios.
Ni al caminar por la más blanda arena
dejaba huellas, ni al lanzarse al mar
espuma.
Nunca la lluvia consiguió mojarla
ni la hojarasca crujió a su paso.
No tengo la menor idea de dónde está.
¿Lo sabes tú?




A veces, cuando la noche me aprisiona,
suelo sentarme frente a una cabina
telefónica
y contemplo las bocas que hablan
por lejanos oídos.
Y cuando el hielo de la soledad
me ha desvenado, los barrenderos moros
canturrean tristemente
y las estrellas ocupan su lugar,
yo acaricio el teléfono
y le susurro sin usar monedas.


portada de Una maleta llena de hojas



Ah! Los enlaces de este post no hubieran sido posibles sin descubrir (Gracias Google) la web de Letras Canarias . Desde aquí, mis felicitaciones al/los promotor/es/as.

20.2.04

Buscando a Cesaire

Buscando qué información podría haber en la red sobre el poeta martiniqués Aime Cesaire, cuyo "Cuaderno de retorno a un país natal", en una traducción cubana, fue uno de los libros que pasó de mano en mano y de fotocopia en fotocopia, tristemente perdidas, cuando mi viejo grupo de referencia en los 80, por abreviar, el de la Tasca Canaria, empezamos a investigar la poesía y la narrativa africanas y caribeñas, me encontré con la sorpresa de esta extraordinaria bitácora en español: manengumba, que no puedo dejar de recomendar, y este interesante texto titulado Palabra poética y utopía en Africa de Landry Wilfrid Miampika, que se abre con una cita de Cesaire preciosa:

"Aimé Césaire, uno de los padres fundadores del ya conocido movimiento poético de la negritud vaticinaba: "la poesía es un acto que me instala en la esencia de mí mismo y del mundo mediante la palabra, la imagen, el mito, el amor y el humor. El poeta es ese ser tan viejo y tan nuevo, tan complejo y tan sencillo que, en los confines vividos del sueño y de la realidad, del día y de la noche, entre ausencia y presencia, busca y recibe a través de un disparo repentino de los cataclismos interiores, la palabra clave de la connivencia y del poderío".

Recomiendo el texto y la bitácora, mientras sigo buscando aquel Cuaderno de retorno a un país natal...


Aime Cesaire


18.2.04

Así estábamos ayer


Las Palmas G.C. 17-2-04



La foto es gentileza de Canariasahora.com, revista en línea clave para saber qué pasa en las Islas.

16.2.04

Alguna obviedad necesaria

Reproduzco aquí un fragmento de "Hacia una ideología de la producción literaria", de Jose Luis Ángeles, libro que me hizo llegar amablemente Enrique Falcón, del que ya hemos hablado en otros mensajes. Dice así:

"Se comenzará por decir que el lenguaje es la función social por excelencia en el ser humano y es constitutivo de su socialización - y por lo tanto de sus actividades productivas-. En consecuencia todo lo que ataña al lenguaje entra en la esfera de lo exclusivamente social. El lenguaje es la materia prima del diálogo, que sólo es posible en la Diferencia. Postular la socialización de lenguaje -también del artístico- implica la no pertinentización de la categoría de la propiedad privada en él. Puede decirse que es el cimiento de la polis, que todo él es, en este sentido, político."

Solo cabe estar de acuerdo con estas apreciciaciones, siempre que no olvidemos que la vida del ser humano en la polis es extremadamente compleja, así como su propia interacción consigo mismo, aparte de con los demás. Tautologías del tipo "todo es política" no explican nada y se aproximan peligrosamente a su contrario. El poeta, cuando recoge ese instrumento social que es el lenguaje, trata de elevar su expresividad, de enriquecer ese bien común, y utiliza el lenguaje como una herramienta para conocer/atrapar la realidad en toda su variada y compleja presencia, incluyendo en la realidad sus miedos y más recónditas obsesiones personales y, a veces, colectivas. Ese es el papel del poeta en la polis según creo. Y lo ejerce tanto el poeta cuando denuesta el estado de cosas y las tiranías, como cuando se detiene a explicar porqué llueven almíbar los pezones de su amada /amado. Paul Celan dejó dicho que "la realidad no está dada, la realidad exige que se la busque y se la logre". Y dijo también: "la poesía es la búsqueda de un otro y de sí mismo". Hay trabajos más sencillos en la polis, y mejor pagados...

Pantani

Con este post va a salir a la luz uno de mis vicios confesables, ahí va:

Yo vi como la niebla se abría, y la lluvía lo coronaba allá en Les Deux Alpes, en 1998. El Tour estaba programado para que Jan Ulrich repitiera victoria y confirmara los vaticinios de quienes veían en él al nuevo Indurain: un poder absoluto en La Carrera, contra el que toda resistencia o rebeldía era inútil. Pero cuando pegó a llover en Los Alpes y las carreteras se retorcieron como serpientes enloquecidas, Marco Pantani decidió romper el guión, y atacó de lejos, un ataque de los que dejaron de verse en el ciclismo profesional cuando la generación de Merckx, Fuente y Ocaña se retiró, y el ataque dejó una fila de muertos tras su estela. Descendió enloquecido, y cuando la carretera volvió a a elevarse, Pantani echo a volar entre la niebla y la lluvia, y ganó el Tour, y el invencible Ulrich llegó arrastrándose rodeado de corredores de su equipo, tan muerto que todavía anda tratando de resucitar. Y Pantani se hizo leyenda. Después las trampas de la vida, y del extraño negocio que es el ciclismo: el robo del Giro del 2000 un día antes de su clausura, por un doping del que se le declaró inocente dos años más tarde: muy tarde tal vez, porque Marco no volvió nunca a ser Pantani, el que reventó a nuestro Indurain en el Mortirolo en el Giro del 96, el de Les Deux Alpes. Ayer apareció muerto en una habitación de hotel, con treinta y cuatro años. Si es que de veras pueden morir las leyendas. Salud Pirata, que la tierra te sea leve.

11.2.04

La tierra de los vivos y los muertos



Las religiones animistas subsaharaianas han mantenido siempre que vivos y muertos comparten el mismo mundo, pero ocupando lugares o niveles diferentes, que, a veces, se entrecruzan de modo que un muerto vuelva a caminar entre los vivos, o un vivo pueda visitar las aldeas donde los muertos se refugian. Amos Tutuola, escritor nigeriano, dio fe de estos extraños cruces de caminos en sus obras "El bebedor de vino de palma" y "Mi vida en la maleza de los fantasmas".

Se cuenta que los antiguos mahos, habitantes de la isla de Fuerteventura, creían que sus muertos podían comunicarse con ellos, y que se acercaban a la costa en forma de nubes bajas a hablarles y a bailarles.

Puede sonar exótico, una superstición más de aborígenes precristianizados o pre islamizados, pero lo cierto es que vivos y muertos mantenemos una conversación continua en un espacio tan térreo, tan tangible como el de la imaginación personal y colectiva, en los mundos del arte, la literatura, la ciencia y la política. En nuestra cultura toda.

Uno así puede cruzarse a Manuel Padorno, atisbando la línea del horizonte en Punta Brava , porque si bien el hombre nos dejó hace un tiempo, el poeta sigue acechando la luminosidad que los cuerpos reflejan del sol, cada vez que alguien abre su "Canción Atlántica", y lee, despaciosamente, uno de sus poemas. O dejar que Francisco de Quevedo te cuente donde están las raíces de las insuperadas taras de un país llamado España. Cada vez que Melville nos habla con voz ronca, vemos dibujarse el lomo de la ballena blanca, de los deseos y los rencores que nos atropellan, próximos a la barra de Las Canteras. Y si uno se detiene el breve tiempo que lleva leer los poemas de "Lo imprevisto", poemario escrito en los almacenes-prisión de Fyffes, descubre que nada hay más estúpido que los verdugos que no pudieron impedir que López Torres se asome por las terrazas de Santa Cruz en los ojos de cualquier candidato a poeta, o en las bocas de los barrancos que cruzan la ciudad, deteniéndose en los gestos automáticos de los pescadores. Cada vez que silbo "jealous guy" tengo muy claro que la canción de ese muerto está bien viva, como la de Jara, o la de Mozart.

La ciencia, ya lo dejó dicho Hawking, se hace a golpe de encaramarse en hombros de gigantes, que pasean por los laboratorios y disparan objeciones para que las hipótesis se afinen.

Y la política. Poco hablamos con los muertos de política, con todo lo que tienen que contar. A algunos se les rompería el pecho de la risa viéndonos tan afanados con los pleitos antiguos y otros nos recordarían que nada es un regalo, que cada brizna de libertad que disfrutamos costó un riego de sangre y sufrimiento, y que nuestros hijos nos recordarán con desprecio si la malbaratamos, regalada a los que alimentan el miedo, que nos reseca y nos inutiliza.

Quizás deberíamos con más frecuencia pararnos a hablar con nuestros muertos. Es bien fácil. Y no exige aprender sahumerios ni la lectura de los caracoles. Basta con leer, ver, escuchar. Cosas que debimos aprender en la escuela.

9.2.04

Y linux...

Linux se ha convertido, en los últimos tiempos, en uno de mis juguetes preferidos, y la cosa tiene gracia porque yo soy bastante ignorante en esto de informática, pero pudo más mi curiosidad por algo llamado "software libre", y ahora tengo un PC bastante viejito el pobre, corriendo bajo Madrake Linux. 9.2, libre de software de Microsoft. Puedo copiar el sistema operativo, regalarselo a todos ustedes, hacer cien mil copias, sin que ningún policía de la propiedad intelectual venga a meterme mano, porque hay gente, como los que pusieron en marcha el movimiento del software libre que cree que la inteligencia y la cultura son son "propiedad" de nadie. No es mi intención convertir esta bitácora en un foro de Linux, pobre de mi, pero ahí, en la columna de la izquierda, podrán encontrar ustedes enlaces a bitácoras sobre Linux, creadas por gente que se apiada de los inútiles como yo. Por si a alguno de ustedes le entra el vicio...

7.2.04

Ha nacido Trapera

Trapera, una bitácora colectiva tejida desde Canarias acaba de arrancar. Cuenta con un equipo muy entusiasta y abierto a la colaboración externa. De ello doy fe porque me han invitado a mi, mala compañía donde las haya, a trabajar en el proyecto. Como espacio recien nacido, está aún por definir, lo cual a demás es más difícil cuando se trata de un espacio grupal, que cuando se trata de una bitácora personal. Pero seguro que en poco tiempo Trapera es una referencia en el mundillo de las weblogs canarias y más allá. Bienvenida.

logo trapera

6.2.04

Calima

He estado día y medio fuera. de viaje relámpago Las Palmas-Milán-Las Palmas, y me duelen partes del cuerpo que no recordaba para qué servían. Coómo cansa viajar en avión. Parece que fuera uno empujando con los riñones, como cuando subes una cuesta en bicicleta. Mientras aquí, en Canarias, calima . Odio la calima, pero por otra parte nos recuerda lo cerca que estamos de esa Africa que tanto miedo nos da y tanto despreciamos. Cuando Canarias ignora a Africa, es como esas personas que tratande cambiarse el apellido para ocultar alguna sombra familiar. Ese tipo de subterfugios suelen ser bastante inútiles. Asumamos nuestra condición de nortafricanos cristianados, y dejemos de mirar por encima del hombro a nuestros vecinos.