Islas en la Red

22.12.03

Un balcón de estrellas para un cielo demasiado gris

El sábado pasado, día 19 de diciembre, participé en un acto especial: la inauguración del balcón diseñado por los artistas Paco Arana y Jesús Martín, bajo el título "Un balcón de estrellas para un cielo demasiado gris". El pregonero del acto fue Pancho Sánchez de la O y la madrina, Ana Martín. Yo participé, leyendo un poema. Leí el "Anuncio de la persona" de Paco Croissier, reproducido en un mensaje anterior en esta bitácora, y que creo que venía muy al caso, porque iniciativas como estas anuncian, precisamente, el advenimiento, si nio la presencia, de una forma diferente de ser y estar en el mundo, desde la alegría y la creatividad compartida.

Con lo geek que soy yo, metí la pata y no llevé mi cámara, pero en cuanto me haga con una foto la cuelgo aquí, a modo de crisma. Imagínense: un modesto balcón de una vivienda de un barrio de protección oficial, convertida en una constelación de estrellas de oro y plata. Sus promotores son conocidos artistas en la isla, y, en concreto, Jesús Martín compañero de trabajo, sorpresas que da la vida.

Temiendo encontrarme solo y perdido, resulta que me encontré conque teníamos amigos comunes, y, además, descubrí a personas muy interesantes, como Victor Rodríguez, cometero profesional y su hijo Juan Manuel, el cometero más jóven de Europa, con tres años. Al final, se juntaron más de treinta personas para descubrir el balcón estrellado (un motivo muy de André Breton, que tituló su poema sobre el Teide "El castillo estrellado"). Esto es más del público que suelen reunir los actos culturales de media en nuestra ciudad..

En resumen, un rato genial. Desde su espíritu, Felices fiestas para todos y todas, cualquiera que sea el significado que para ustedes tengan los días próximos. En todo caso, mi deseo sincero de que les sean propicios.

18.12.03

Un poema de Pedro García Cabrera

CON LA MANO EN LA SANGRE



Nadie se acuerda ya de la Gran Guerra

y aún tienen los ríos su largo brazo en cabestrillo

y los ojos saltados los puentes

y corazones ortopédicos los hombres.

Sólo tú, yo y aquel sueño polar de golondrinas,

con nuestras aguas verdes por la espera,

batimos el recuerdo en tu mármol, en mi frente, en su oído.



Nos venderán de nuevo

aunque prosigan con su rebelión armada los rosales

y la mentira con sus tres dimensiones y un pico con orejas

y el treno de los trenes en el trino de una estación al este de los mares.

Todo se perderá: corales, ruiseñores,

la última comedia que apunte el caracol desde su concha,

los diarios que voceen las ranas al crepúsculo,

tu orfelinato de montañas locas,

tantas y tantas cosas que ignoran los cipreses.

Y de tu voz, hasta de tu voz, que enlaza la seda con los pámpanos,

fabricarán cañones que habrán de bendecir los obispos

para que rompan más eficazmente las venas de los sueños.

Se nos dará una gran razón: que somos hijos de la patria,

sin saber que a ti y a mi y al sueño polar de golondrinas

nos sobra espacio para vivir aun dentro de un beso de paloma.



Pedro García Cabrera (1905-1980), nacido en la Isla de la Gomera, cofundador de las revistas"Cartones" y "Gaceta de Arte", que introdujeron las vanguardias artísticas en el Archipiélago. Preso tras el golpe de estado fascista del 18 de Julio de 1936, es deportado a Villa Cisneros por su militancia socialista, de donde se evade, para ser nuevamente encarcelado y preso en el Sahara y Granada hasta 1945. Autor de una extensa obra poética de gran calidad, se le considera uno de los poetas más inspiradores de las generaciones de escritores canarios posteriores a la Guerra Civil. El poema reseñado pertenece al poemario "Entre la Guerra y tú", escrito en prisión.



14.12.03


Gonzálo Rojas


Le han dado el premio Cervantes a un poeta. Hay que alegrarse por muy lejos que uno se sienta del montaje de los premios y, en particular, de premios como el Cervantes. Más de alegrarse es aún que haya recaído en un poeta como Gonzálo Rojas, que a sus 85 años se muestra más dinámico y verbalmente imaginativo que la mayoría de los poetas españoles que rondan los 40. Eso, claro está, aparte de deberse a la propia personalidad de Rojas, tiene su raíz en la fecunda lectura que la poesía latinoamericana hizo de las vanguardias históricas, y que en al orilla penínsular prácticamente no se produjo, o no con la fuerza suficiente para romper el conservadurismo formal y temático en el que, salvo excepciones, se mueve la poesía española, o al menos la más reconocida oficialmente.

Leí la entrevista que le hicieron a Rojas en "El País", el 11 de diciembre con la que no puedo enlazarles dado la política editorial adoptada por ese medio en Internet. Aparte de la viveza que muestra Rojas siempre en las entrevistas que le hacen, me quedo con una frase, que conecta especialmente con mi manera de afrontar mi propia producción poética (salvando las distancias, por favor). La frase dice así: " La lozanía de la oralidad es lo que me importa, recoger en el aire la palabra que zumba, que da la luz y la chispa".

En el mismo ejemplar de "El País", otro laureado poeta, Luis García Montero, presentando la publicación de "España, aparta de mí este cáliz" de Cesar Vallejo, contrapone la figura del poeta peruano con "el carnaval linguístico de la vanguardia". A ver, aparte de que no tengo nada contra el carnaval ni contra cualquier manifestación de alegría y vida, lingüística inclusive, yo me pregunto: �Qué vanguardia ha leído García Montero? No deben ser los mismos que leí yo. Seguramente no ha leído a Pedro García Cabrera, o a Domingo López Torres, �Ha leído a Oliverio Girondo? �Y a Huidobro? Una pregunta: "Trilce" la obra con la que Vallejo rompe con el modernismo para buscar un lenguaje personalísimo y bastante alejado de la simpleza, �era parte de ese carnaval lingüístico? No se entiende a un poeta como Rojas sino desde la tradición que inauguraron las vanguardias de los años 20 y 30 del siglo pasado, y antes los poetas simbolistas franceses y modernistas hispanoamericanos y canarios, y en esa búsqueda de un lenguaje revelador de lo oculto, transparente en su ingenuidad, esto es, desprejuiciado, Rojas es un poeta intenso, un generador de lenguaje, y no un mero gestor de palabras.

9.12.03

Dos poetas, dos poemas

Reproduzco aquí dos poemas de dos poetas importantes: Ernesto Suárez y Antonio Méndez Rubio. Lean y disfruten

XIII

Con la marea cambia de formas el río. Le salen arenas y
   escombros, escorzos de su esqueleto sumergido.

Bajo cada onda de superficie, un madero viejo,
   sobrepasado en su naturaleza vegetal: resto, pieza
   perdida, piedra última.

En cada nueva playa emerge la herrumbre del sueño de
   los ahogados.


de Visiones del río y la ciudad
Ernesto Suárez



Giró el viento.
La luz
que no esperaba a nadie
buscó entonces la suerte
en la terca vigilia,
ya silencio o señal:
confianza en una espera nueva.

De una vez
se escuchó desparacer
su cuerpo sin figura
ni inminencia.

de Trasluz
Antonio Méndez Rubio

4.12.03

Recapitulando

Quiero volver sobre un par de mis ultimos mensajes, uno dedicado al IV Congreso Internacional de la Lengua, y otro al poeta Enrique Falcon, ambos bastantes recientes.
Cuando fui siguiendo las reseñas del Congreso de Lengua celebrado en Valladolid bajo el título de "Poesía Necesaria", especialmente la que registraba el acto de cierre, y se hablaba de una "generación del entendimiento y el diálogo" entre las diferentes corrientes poéticas, produje un mensaje bastante apacible, que quiero matizar con un par de cuestiones, una vez repasada con más cuidado la lista de participantes del Congreso.

La primera reflexión tiene que ver con Canarias y los poetas canarios. Hay unos problemas ópticos permanentes entre Canarias y los territorios peninsulares en general y en literatura y poesía en particular. Desde la península, simplemente, Canarias no se ve, más allá de una vaga imagen playera, olvidada de inmediato. Es sorpredente que participe en un congreso de estas características hasta una poeta sefardí, como Margalit Matthialu, y no participen poetas isleños, en plena actividad creativa y con un amplio reconocimiento crítico, tales como Eugenio Padorno (recogido en la polémica antología "Las Insulas Extrañas"), Lázaro Santana, Arturo Maccanti (reciente premio Canarias de literatura), Rafael Arozarena, Andrés Sánchez Robayna... Simplemente la ignorancia respecto a la rica tradición poética de las islas es abismal, y no parece haber interés por modificiar esta situación/actitud. La poesía canaria, la primera actividad social de las islas que descubrió el potencial de su posición geográfica e imaginativa, como encrucijada de tres continentes, tiene una alta tradición, inaugurada por Bartolomé Cairasco de Figueroa y Antonio de Viana, receptora y transformadora del modernismo con Tomás Morales y Alonso Quesada, conectada con las vanguardias europeas en tiempos de "Gaceta de Arte" y la exposición internacional surrealista en Tenerife, con la presencia de Breton y Benjamin Peret, atípica receptora del existencialismo a través de la extraordinaria y doblemente aislada experiencia del grupo fetasiano, atenta a las corrientes de la poesía latinoamericana y las nuevas vanguardias... Esa actitud abierta y atrevida, esa actitud vanguardista que se haya en elcorazón de la mejor poesía canaria, nos vacunó de la ñoñez de la "Poesía de la Experiencia", y de sus aún peores, simplones discursos teóricos alrededor del "sentido común" y la poesía.

Pero hay otro defecto óptico, que va de las islas a la península. Precisamente, ese, hablar de la "península" como de un todo compacto, uniforme y plano, con centro en Madrid. Es frecuente, desde esa visión, perder los matices, no detectar la riqueza de voces que un territorio tan variado cultural y socialmente ofrece. En esa miopía caí yo durante varios años, identificando sin detenerme mucho en ello, toda poesía española nueva con la "poesía de la experiencia", descartando lecturas antes de empezarlas, pecado capital de pereza y, peor aún, de autocomplacencia.

Porque había, hay, otras voces, perífericas tal vez, pero cada vez más claras y expresivas, presentando alternativas al quehacer poético español desde hace varios años. A algunos de estos autores se les ha encuadrado bajo una nueva etiqueta de "poetas de la conciencia crítica", y ya dije en el mensaje anterior que esta denominación no acababa de gustarme. Por rimbombante. También por poco significativa. Me explico: es de esperar que toda persona, incluso si se dedica a la poesía, tenga conciencia. Es posible también que los y las poetas tengan una conciencia crítica frente a la realidad, pero creo que esa conciencia crítica puede expresarse de muy diferentes maneras, incluída la evasión radical frente a la nada cotidiana. Se me ocurre un nombre que tal vez se ajuste más a lo que escriben poetas como Jorge Riechmann, Enrique Falcón, Antonio Orihuela, Mendez Rubio, entre otros y otras. Yo lo llamaría, y ofrezco gratuitamente la etiqueta como "poetas o poesía del conflicto". La diferencia que los agrupa, desde sus muy personales voces, frente al "tono general", es que estos poetas apalabran el conflicto, y el conflicto protagoniza buena parte de su obra poética; el conflicto social, el conflicto territorial, el conflicto migratorio, el conflicto ecológico... Para estos poetas el conflicto es uno de los centros de su inspiración poética, de su obra y de su vida cotidiana, lo asumen yse posicionan. Lo dicho señores/as, aquí les dejo la etiqueta por si es de su gusto.

Pues bien, de estos tampoco había ni uno en el mencionado Congreso de la Lengua. No es de extrañar que se hablara de "generación del diálogo", diálogo a la española, del de toda la vida, si no entras por mi aro, simplemente nio existes. �Lo entendiste?

Vaya, el otro día estaba yo tan conciliador y hoy tan cañero. deben ser los 40 años que acabo de cumplir, que me están incrementando el nivel de mala leche...

2.12.03

Enrique Falcón

He pasado el fin de semana haciendo varias cosas: tarareando el himno de Riego (que también es un himno español, qué demonios), sacudiendo la cabeza pensando en siete muertes inútiles en los alrededores de Bagdad, a las que se han sumado cerca de 40 muertos al día siguiente en un poblado iraquí, en una operación de las fuerzas ocupantes. Es importante no perder el sentido de las proporciones. �Qué lástima! �Qué verguenza! En términos de lenguaje, algo que me preocupa: es llamativo como se anda sobando la palabra "terrorismo". El problema es que las palabras que se usan para todo acaban por significar nada, por perder cualquier valor movilizador. Deberían tener más cuidado con esto.

Principalmente, he estado leyendo "La marcha de los 150.000.000" de Enrique Falcón. Quien quiera hacer lo mismo, puede bajarse este libro desde la página personall del autor. Lo cierto es que me siento abrumado. Hacía mucho que no me encontraba ante una obra tan audaz, tan ambiciosa. La referencia más cercana que se me viene a la cabeza es el "Cántico Cósmico" de Ernesto Cardenal, y no es una cercanía sin sentido, ya que ambos poemarios surgen de personas integradas en las comunidades cristianas más implicadas con los pobres de la Tierra. Podría ser válido para esta obra lo que J.M. Valverde dijo de la de Cardenal: "Si lo comparo con la poesía que se hace en este país, entre anémica y excrementicia, me quedo sin palabras: me falta el aliento. �Qué aplomo! �Qué valentía!".

Por lo demás todo son diferencias a la hora de trabajar los poemas. Enrique Falcon escribe versículos muy vinculados a la veta surrealista, con conexiones imaginativas sorprendentes y con una fuerte musicalidad en algunos momentos. A veces el desborde de imágenes es demasiado, agota al lector, rebosa; pero en otras es extremadamente iluminador. "La marcha de los 150.000.000" se abre desde una cita del poema homónimo de Maiakovski, poeta en el que parece que Falcón encuentra una lejana alma gemela, pero el tono, el ritmo,de ambas marchas es diferente. La de Maiakovski es un canto de guerra rebosante de optimismo: la Rusia revolucionaria eclosionaba. Brotaban los soviets y la coalición internacional no podía resistir el empuje reviolucionario.Todo iba a ir bien. El cielo estaba al alcance de las manos de las masas explotadas. Vamos, Vamos, vamosvamos, canta Maiakovski, como tratando de impulsar el movimiento del pueblo con su aliento... pero todos sabemos qué pasó con Maiakovski, y con la revolución rusa, y con otras revoluciones... A Falcón no le sale el tono optimista, le sale un tono de rabia esperanzada, con esa esperanza frente a todo que tienen los cristianos auténticos, basada en el concepto de resurrección, de que uno no está nunca muerto del todo por mucho que lo maten, que el pueblo de dios siempre encarna... (Joder, como estoy, yo que soy un ateo convicto...). "La Marcha..." de Falcon no va al ritmo frenético de la de Maiakovski, es más un ritmo de caminata, del lento andar de los 150.000.000 de deseheredados que caminan hacia la Babilionia del mundo rico, buscando una reparación, huyendo de la miseria, con las hambres en la tripa. Tiene, a veces, ritmo de blues. No es "adelante", sino "Vamos, camina". En ocasiones, el tono es el de los profetas bíblicos, que no evita en citar expresamente: profecía del castigo y de la victoria.

"La Marcha" es un poemario extenso y de recorrido abierto, así lo define su autor, y es una obra exigente con la persona que la levanta. No conozco a Enrique, pero pienso que hace falta una enorme personalidad para aceptar que la poesía le eche a uno sobre las espaldas una carga como esa. Se identifica a Falcón con una tendencia de "poesía de la conciencia crítica". En los textos que le he leído, no se corta en reivindicar a otros poetas españoles que operan desde una poesía que no soslaya los desgarros del mundo, y me parece bien. Si bien a mí la etiqueta no me hace muy feliz, por lo rimbombante, Falcón explica bastante bien su sentido en la entrevista que recoge la revista poética en línea Almacén. Su lectura también es recomendable, pero no tanto como "La marcha de los 150.000.000". De alguna manera, la nueva colectividad mundial implicada en la lucha eco-social transnacional, va encontrando sus símbolos: Seattle, Porto Alegre, Génova, su música: Manu Chao, y sus poetas. Es inevitable, todo colectivo en marcha escribe sus propias canciones, y Enrique es una voz que quiere, expresamente, ser coral.

A cuento de todo esto, una simple observación: la poesía es una experiencia en torno al lenguaje, o una experiencia del lenguaje. No creo que eso se pueda discutir hoy en día. Pero, el lenguaje es un producto social, quizás el más social de todos, y las palabras, ya lo dijo Blas de Otero, significan (qué putada, dirán algunos) por lo cual, en torno o desde el lenguaje es inevitable tomar posición cada vez que se escoge una palabra para un poema, o se evitan otras, o se trata de trasnformar su/s sentidos, estamos tomando una decisión de raíz individual, quien lo duda, pero con una esencial dimensión social. Que nadie se engañe: No hay inocentes en esto de la poesía. Cada palo habrá de aguantar su vela.