Islas en la Red

21.1.05

Dos poemas

de Antonio Méndez Rubio, publicados en el último número de Lunas Rojas, bajo el título genérico de "Oxidia Blues" y que me han gustado especialmente:

1/

Porque escribiendo es como no se olvida. Leyendo
aquello que no tiene pero nada que ver:

la forma repentina que tienen esos pájaros
grisáceos, perfectos en su fugacidad,

de dejar ya sin ningún cuidado su cobijo
bajo la lluvia oblicua, violenta, de tormenta:

¿golpean con sus cuerpos el viento, o es el viento
el que los golpea? ¡qué esperar de esta visión

que no fuera nada, que esté de más o que falte?

4/

Lo que se hizo, no dicho, se quedó en el silencio

que ahora al darlo reconocemos que nos faltaba.
Esto suena en el hueco del vientre: quien los escucha

sueña lo que quiebra al durar. Alucina
la verdad: el aguacero contra las ventanas,

los pájaros de cerca, tras el aire, proscritos
por su propio vuelo. Esta es su salvación:

su última desmemoria antes de más silencio
para probar la suerte, más suerte, ir a ver.

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