Un día especial
Tengo una conversación telefónica de lo más grata con un, hasta hace unos minutos, desconocido: el poeta onubense Antonio Orihuela. El que Antonio y yo hayamos entrado en contacto se debe a uno de esos milagros que ofrece Internet (una de las razones principales de mi amor por esta tecnología de etiquetas y palabras que alimentan las redes): la posibilidad del encuentro, del descubrimiento imprevisto. Ya hemos quedado en pasarnos material. De entrada, me he descargado un libro suyo titulado "Comiendo Piedras" de esta dirección Biblioteca Babab, que responde a una revista literaria en línea que no conocía: Babab, y que también ha sido una sorpresa: calidad de contenidos y diseño de primera. Pasa al lado izquierdo pero ya. Este se ha convertido en un día especial.
Tengo una conversación telefónica de lo más grata con un, hasta hace unos minutos, desconocido: el poeta onubense Antonio Orihuela. El que Antonio y yo hayamos entrado en contacto se debe a uno de esos milagros que ofrece Internet (una de las razones principales de mi amor por esta tecnología de etiquetas y palabras que alimentan las redes): la posibilidad del encuentro, del descubrimiento imprevisto. Ya hemos quedado en pasarnos material. De entrada, me he descargado un libro suyo titulado "Comiendo Piedras" de esta dirección Biblioteca Babab, que responde a una revista literaria en línea que no conocía: Babab, y que también ha sido una sorpresa: calidad de contenidos y diseño de primera. Pasa al lado izquierdo pero ya. Este se ha convertido en un día especial.
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