Islas en la Red

12.9.03

Los trazos de la canción

Aquí tienen: http://acp.sindominio.net/article.pl?sid=03/07/23/107238&mode=thread&threshold=0, descubierta en la web de Sin Dominio, extremadamente interesante. En la entrevista los Wu Ming, reflexionan sobre el movimiento global contra la rapacidad del capitalismo de amigotes, representantes de las industrias energética y militar nortamericanas, que, emanado desde los EE.UU. trata de imponer su nuevo paradigma del desastre. Es muy interesante ver como el colectivo Wu Ming, trata de extraer del magma del movimiento "anti", de respuesta a la globalización neoliberal propuestas en positivo, desde la "creación" o mejor, recuperación de una mitopoiética del colectivo, de la multitud transformadora, a través de las viejas historias (tipo Q) y de las nuevas experiencias ( los Tutte Bianque) de la lucha internacional. Respecto a estos movimientos uno mantiene una actitud, posiblemente debida a sus años y a las decepciones, de expectativa y duda a la vez, de sospecha y esperanza, a falta de que surja un discurso general e inteligible. Seguramente esto es un error, y los discursos generalizadores, las grandes explicaciones del mundo, políticas y religiosas, han provocado ya , y aún están por provocar, bastantes catástrofes de todo tipo, sobre todo humanas. Hay que ser más humildes y buscar respuestas pegadas a la tierra, y ese es uno de los méritos de los nuevos colectivos, pero, lo siento, es difícil a veces acabar de expulsar el fantasma de la "ideología".

Hay una propuesta en su entrevista con una fuerza movilizadora fascinante, que me gustaría ver hecha realidad, y participar en ella; es una propuesta en positivo que generaría un nuevo espacio compartido, una visión de Europa diferente: la gran peregrinación europea. Les copio: "Tratemos de probar con una marcha europea, que tenga muchos puntos de partida. Desde cada punto saldría una caravana, que recorrería el continente atravesando lugares de valor simbólico desde el punto de vista histórico y político. Cada trayecto sería un mapa cantado, que cantaría la historia mestiza de Europa que, desde Andalucía hasta el Cáucaso, nunca ha tenido fronteras fijas, que las ha visto cambiar en el trascurso de los siglos y milenios. Los orígenes de nuestra civilización están en Mesopotamia. Chipre, cuyas costas están a pocos centenares de kilómetros del Líbano, acaba de entrar en la Unión. Y Grozni, la ciudad fantasma arrasada por las bombas, se encuentra en el límite oriental del continente. Estos trayectos y estas canciones cantarían la historia de las revueltas y las luchas, antiguas y recientes; la historia de los pueblos que nunca han dejado de atravesar esta tierra, procedentes de África (la otra orilla del “Lago” Mediterráneo) y de Asia (de la que Europa no es sino una prolongación); la historia de un lugar desterritorializado que mantiene abierto y móvil sus propias fronteras; de una tierra de los derechos generalizados y de la cohabitación posible. La misma marcha pone en práctica todo esto, desplegando la potencia de la comunidad. Imaginemos que estas caravanas se encuentren en un punto casual en el centro de esta tierra, la llanura de Frankenhausen, o Nuremberg, o Praga, o Sarajevo… Esta imagen, de población en camino que a lo largo del trayecto recoge historias, recuerdos, símbolos y que se hace portadora de una idea distinta de Europa, que es una idea distinta del mundo, es la imagen de una reapropiación desde abajo de todo ámbito político y de decisión, eso por lo que estamos luchando desde hace años, tal vez desde siempre. La convergencia en un lugar concreto, en un “acto” colectivo, corrobora el protagonismo y el carácter imprescindible de las comunidades humanas que en estos años han escrito la historia del movimiento. Es un acto que alude a la travesía del desierto y a su repoblación a lo largo de los “trazos de la canción” de la humanidad, sin el milagro de una tierra sagrada por la que la propia humanidad debe inmolarse.

Es hermoso pensar que pueda ser ésta la imagen y la potencia mitopoiética que debamos evocar en el tiempo que viene."

Este concepto de "Trazos de la canción" , del poema o la canción como delimitador del territorio y sus caminos que ellos mencionan en varios puntos de la entrevista me parece extremadamente generador, más aún tras leer la explicación del mismo que aparece como nota al pie de la entrevista, y que no puedo evitar reproducir:

" Se trata de un término acuñado por Bruce Chatwin en su estudio de los aborígenes australianos (Los trazos de la canción, Península, 1999) y que por ejemplo Christian Marazzi describe precisamente así: caminos, senderos, trayectorias del saber informal, “autopistas del conocimiento”, de metáforas que remiten a otras metáforas, en las que se esconde el saber original que hace falta para orientarse en el desierto. El propio Chatwin explica: “Comercio significa amistad y cooperación; y para el aborigen el principal objeto del comercio era la canción. La canción, por lo tanto, trajo la paz. Sin embargo siento que los trazos de la canción no son necesariamente un fenómeno australiano, sino universal: que eran los medios a través de los cuales un hombre delimitaba su territorio, y de esa manera organizaba su vida social. Todos los otros sistemas sucesivos eran variantes -o perversiones- de este modelo original (...) Tengo una visión de los trazos de la canción extendiéndose a través de los continentes y las edades; que cualquier hombre que ha hollado la tierra ha dejado un rastro de canto (del cual podemos, de vez en cuanto, pescar un eco); y que estos rastros deben remontarse, en tiempo y en espacio, a un aislado bolsón de la sabana africana, donde el Primer Hombre, abriendo la boca para desafiar los terrores que le rodeaban, gritó la primera estrofa de la Canción del Mundo: "?yo soy!"”. (NdelT)"

Tal vez detrás de este concepto esté el camino que conecte una poesía de raíz individual, como es toda la procedente de la tradición europea "culta", con ese espíritu colectivo que algunos nos negamos a dejar atrás, y que está en el origen de la poesía en todas las culturas. Hay mucho que estudiar aquí.

Para finalizar, reproducir, como corresponde la nota relativa a copia y distribución de los textos reseñados (y los míos propios, si bien mucho menos valiosos):" © Sean Mallory. Se permite la reproducción por cualquier medio de este texto siempre y cuando su circulación sea sin ánimo de lucro y esta nota se mantenga.Traducción: Hugo Romero y Eugenia Monyil"