De vuelta
Pues eso, ya estamos de vuelta, tras las vacaciones laborales y electrónicas. Con fuerzas repuestas pero, para que negarlo, con esa angustia íntima que conlleva volver a enfrentarse con la rutina asalariada. Bien, para empezar con ganas y como una suerte de declaración de intenciones para el curso que se inicia (hace ya un montón de años que finalicé los estudios, pero para mí estas fechas son realmente el inicio del año, creo que es algo que nos pasa a mucha gente), aquí va un poema del gran poeta de Tenerife Rafael Arozarena, de su obra de 1971 El ómnibus pintado con cerezas. Sean con nosotros la rabia, las alas y el silencio, y que nuestro vuelo sea propicio.
Pues eso, ya estamos de vuelta, tras las vacaciones laborales y electrónicas. Con fuerzas repuestas pero, para que negarlo, con esa angustia íntima que conlleva volver a enfrentarse con la rutina asalariada. Bien, para empezar con ganas y como una suerte de declaración de intenciones para el curso que se inicia (hace ya un montón de años que finalicé los estudios, pero para mí estas fechas son realmente el inicio del año, creo que es algo que nos pasa a mucha gente), aquí va un poema del gran poeta de Tenerife Rafael Arozarena, de su obra de 1971 El ómnibus pintado con cerezas. Sean con nosotros la rabia, las alas y el silencio, y que nuestro vuelo sea propicio.
EL CABALLO LOCO DEL POETA CIEGO
Salta caballo, pájaro, poeta
ciego conjunto, bala desangrada del pecho de los ángeles.
Vuela, salta, libera los ríos ascendentes
de la sangre encendida. Galopa fieramente como un bárbaro
guerrero de la luz y de la sombra.
Destrenza las inútiles verdades de tus versos malditos
la mentira de todo lo que es cierto y ven tus ojos.
Destruye y quema el viento como las crines sueltas de tu propio entusiasmo.
Galopa fieramente. La rabia sea contigo, las alas y el silencio.
Traspasa las vidriosas ventanas del cielo navegable.
Salta, galopa y salta con Dios o con el Diablo
quema el alma y persiste.
Aún te quedan alas. No se quiebren tus alas
con premio ni castigo, con la vida o la muerte.
Salta caballo, pájaro, poeta
que el día fue una luz entre dos sombras.
Galopa y vuela. Ya no serás ceniza
cuando la inmensa hoguera del poniente
de nuevo resplandezca. Ya no serás ceniza
aunque los desalados
los inútiles ángeles que imprimen sus huellas en la arcilla
insolentes y dignos se pregunten
si vas a parte alguna.
1 Comments:
Gracias Ike, ya estamos, ay, de vuelta... pero nada, arriba esos ánimos. El poema es una de esas joyitas que se pueden encontrar en la cada vez más clandestina poesía canaria. Sólo rascando un poquito...
By Daniel, at 9:42 a. m.
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